Estreno de la semana: “El rey de Once”
El film que obtuvo una destacada critica, se proyectará hoy en la Casa de la Cultura a partir de las 21 horas.
El Espacio INCAA presenta “El rey de Once” un film de Daniel Burman que narra la historia de un hijo distanciado de su padre (Usher), el cual es famoso en su barrio (Once) porque lleva adelante una fundación de beneficencia. Su hijo que regresa al país y al barrio de su niñez se encontrará con la tradición que dio origen al distanciamiento.
Ariel (Alan Sabbagh,) es un economista que vuelve de Estados Unidos a Buenos Aires, más específicamente al Once, a verse con su padre, escapando un poco de una complicada situación sentimental. El padre, Usher, es un hombre que ha dedicado su vida a ayudar a los miembros más desposeídos de la colectividad judía a través de una peculiar fundación (que existe en la vida real), lo cual le ha dejado muy poco tiempo para ocuparse de su familia, más específicamente de su hijo, ya que los deberes de la fundación siempre han estado primero para él.
La fundación es bastante curiosa en su metodología pero indudablemente genera resultados. Mediante recursos no del todo tradicionales (y en algunos casos bastante graciosos), juntan remedios, comida y objetos para familias necesitadas. Y, una vez llegado al Once, a Ariel –que ha escapado de ese universo durante años– no le queda otra que reintegrarse, forzado la mayor parte de las veces por un padre que no es más que una voz en el teléfono, ya que no parece tener tiempo jamás para verlo. Usher lo lleva a Ariel no solo a aprender los secretos de su trabajo sino que lo conecta con Eva (Julieta Zylbeberg), una chica religiosa que no habla tras una serie de circunstancias en su vida que conviene no revelar. Es ella quien lo inicia en los manejos de la fundación y un poco más también…
Entre distintas actividades específicas, lo que va creciendo es una cierta camaradería entre Ariel y Eva, a la par que él –mediante algunos flashbacks– cuenta no solo la historia de su vida en relación a su padre sino que pone en discusión su curiosa relación de “fidelidades” entre familia y comunidad.
Pero lo que sorprende en el filme de Burman no es necesariamente su desarrollo temático –que puede ser un tanto previsible y, visto en cierto modo, hasta conservador y tradicionalista– sino la manera en la que los elementos se conjugan en una puesta en escena que por lo general evita todo recurso clásico de exposición para meter al espectador, sin demasiadas explicaciones, en ese universo detallado y específico.
Casa de la Cultura: Dr. Carlos Madariaga y Alberti.
Jueves 9 – Viernes 10 – Miércoles 15.
Entrada: general $ 20 – Jubilados $ 10.
SAM: 13 años.
Ariel (Alan Sabbagh,) es un economista que vuelve de Estados Unidos a Buenos Aires, más específicamente al Once, a verse con su padre, escapando un poco de una complicada situación sentimental. El padre, Usher, es un hombre que ha dedicado su vida a ayudar a los miembros más desposeídos de la colectividad judía a través de una peculiar fundación (que existe en la vida real), lo cual le ha dejado muy poco tiempo para ocuparse de su familia, más específicamente de su hijo, ya que los deberes de la fundación siempre han estado primero para él.
La fundación es bastante curiosa en su metodología pero indudablemente genera resultados. Mediante recursos no del todo tradicionales (y en algunos casos bastante graciosos), juntan remedios, comida y objetos para familias necesitadas. Y, una vez llegado al Once, a Ariel –que ha escapado de ese universo durante años– no le queda otra que reintegrarse, forzado la mayor parte de las veces por un padre que no es más que una voz en el teléfono, ya que no parece tener tiempo jamás para verlo. Usher lo lleva a Ariel no solo a aprender los secretos de su trabajo sino que lo conecta con Eva (Julieta Zylbeberg), una chica religiosa que no habla tras una serie de circunstancias en su vida que conviene no revelar. Es ella quien lo inicia en los manejos de la fundación y un poco más también…
Entre distintas actividades específicas, lo que va creciendo es una cierta camaradería entre Ariel y Eva, a la par que él –mediante algunos flashbacks– cuenta no solo la historia de su vida en relación a su padre sino que pone en discusión su curiosa relación de “fidelidades” entre familia y comunidad.
Pero lo que sorprende en el filme de Burman no es necesariamente su desarrollo temático –que puede ser un tanto previsible y, visto en cierto modo, hasta conservador y tradicionalista– sino la manera en la que los elementos se conjugan en una puesta en escena que por lo general evita todo recurso clásico de exposición para meter al espectador, sin demasiadas explicaciones, en ese universo detallado y específico.
Casa de la Cultura: Dr. Carlos Madariaga y Alberti.
Jueves 9 – Viernes 10 – Miércoles 15.
Entrada: general $ 20 – Jubilados $ 10.
SAM: 13 años.