Llegó el frío: recomendaciones para evitar intoxicaciones e incendios
A medida que la temperatura va bajando ante la inminente llegada del invierno, aumenta la necesidad de calefaccionar los hogares, lo que puede generar diversos problemas si no se toman algunos recaudos.
Con la llegada del frío aumentan las estadísticas de intoxicaciones por monóxido de carbono y de incendios por falta de mantenimiento en artefactos. Para evitar este tipo de inconvenientes a continuación te brindamos consejos y recomendaciones útiles.
El mal funcionamiento de estufas, calderas, termotanques, calefones y cocinas a gas natural y el uso de leña o carbón para calentar los ambientes pueden producir monóxido de carbono.
El monóxido de carbono es un veneno que no tiene color, olor, sabor y no irrita los ojos ni la nariz. Cada año provoca en nuestro país la muerte de unas 200 personas. Al no poder percibirse, es necesario tomar medidas preventivas para impedir que el monóxido contamine nuestra casa.
Todas las intoxicaciones por monóxido de carbono son evitables y para ello es fundamental:
Ante los primeros síntomas, es necesario ventilar el ambiente y recurrir a un centro de salud u hospital y/o asistir a un servicio de emergencias médicas.
En cuanto las precauciones para evitar incendios en chimeneas se indica revisar el estado de las mismas antes de utilizarlas y asegurarse que se han eliminado todos los residuos existentes en su interior desde la última vez que fueron prendidas. En este sentido, es importante eliminar la creosota (resina) adherida a las paredes del conducto, ya que es la que se inflama y origina las llamas dentro del conducto.
Limpiar el hogar, es una tarea que puede ser efectuada por uno mismo ya que consiste en retirar los restos de cenizas y maderas carbonizadas pero el trabajo de limpiar la chimenea, debe encargarse a un profesional especializado para que controle el tiro de la estructura y garantice que esté firmemente cerrado y así evitar filtraciones y corrientes de aire.
Otras recomendaciones:
El mal funcionamiento de estufas, calderas, termotanques, calefones y cocinas a gas natural y el uso de leña o carbón para calentar los ambientes pueden producir monóxido de carbono.
El monóxido de carbono es un veneno que no tiene color, olor, sabor y no irrita los ojos ni la nariz. Cada año provoca en nuestro país la muerte de unas 200 personas. Al no poder percibirse, es necesario tomar medidas preventivas para impedir que el monóxido contamine nuestra casa.
Todas las intoxicaciones por monóxido de carbono son evitables y para ello es fundamental:
- Además de ventilar toda la casa una vez por día, es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados aunque haga frío.
- Observar que la llama de gas sea siempre de color azul (la llama amarilla es signo de mala combustión y generación de monóxido).
- Si se usa brasero o estufa a querosén, apagarlos siempre afuera de la casa antes de irse a dormir.
- No instalar calefones en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
- En baños, dormitorios y ambientes cerrados solamente instalar artefactos con salida al exterior (de tiro balanceado).
- Controlar anualmente las instalaciones y el buen funcionamiento de los artefactos de la casa. Se recomienda hacerlas revisar por personal autorizado.
- Dolor de cabeza.
- Náuseas o vómitos.
- Mareos, acompañados de cansancio.
- Letargo o confusión.
- Desmayo o pérdida de conocimiento.
- Alteraciones visuales.
- Convulsiones.
- Estado de coma.
Ante los primeros síntomas, es necesario ventilar el ambiente y recurrir a un centro de salud u hospital y/o asistir a un servicio de emergencias médicas.
En cuanto las precauciones para evitar incendios en chimeneas se indica revisar el estado de las mismas antes de utilizarlas y asegurarse que se han eliminado todos los residuos existentes en su interior desde la última vez que fueron prendidas. En este sentido, es importante eliminar la creosota (resina) adherida a las paredes del conducto, ya que es la que se inflama y origina las llamas dentro del conducto.
Limpiar el hogar, es una tarea que puede ser efectuada por uno mismo ya que consiste en retirar los restos de cenizas y maderas carbonizadas pero el trabajo de limpiar la chimenea, debe encargarse a un profesional especializado para que controle el tiro de la estructura y garantice que esté firmemente cerrado y así evitar filtraciones y corrientes de aire.
Otras recomendaciones:
- Para la instalación de un artefacto nuevo es importante contratar a un gasista matriculado, cuya experiencia y conocimiento en la materia certifique una instalación o reparación segura.
- Colocar calefactores y estufas en espacios amplios que cuenten, además, con buena circulación de aire.
- Revisar que el equipo sea original y que cuente con la correspondiente homologación por parte del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS).
- Verificar el color de la llama: Todo equipo encendido a gas debe mostrar una llama constante de color azul. Si es de color amarillo y en movimiento, debe llamar a su gasista para que chequee el funcionamiento del artefacto, ya que esto puede significar que hay una pérdida de monóxido de carbono.
- Ventilación: La cocina o todo aquel espacio calefaccionado debe contar con una correcta ventilación, para mantener el recambio de aire. Para ello, se aconseja cuidar la obstrucción de los conductos y rejillas y, a su vez, siempre contar con alguna pequeña ventana o persiana semi-abierta.
- No utilice las estufas o calefactores para acercar su tender y secar la ropa, ya que esta suele ser la principal causa de incendios en hogares. A su vez, tampoco es recomendable prender el horno para calentar el hogar cuando no se está cocinando, ya que el olvido de esta acción puede ser sumamente perjudicial.
- Tener especial cuidado con las estufas eléctricas o a kerosene: Se sugiere que, al apagarlas, se enfríen sacándolas afuera (balcón, patio, etcétera). El riesgo de accidentes se mantiene mientras el equipo se encuentre caliente y cerca de objetos sensibles al mismo.
- No sobrecargue los sistemas eléctricos con equipos de calefacción. La mayoría de los incendios de origen eléctrico lo fueron por sobreconsumo o aparatos en mal estado.